A pesar de contar con la segunda flota de autobuses eléctricos más grande de Suramérica, y una de las más numerosas del mundo fuera de China, la electromovilidad en Colombia parecer entrar en modo standby para el año que comienza y los principales centros urbanos, solo añadirán algunas unidades a baterías de manera puntual.
Por su parte, consultores externos se han dado a la tarea de propender por la migración de la flota de vehículos urbanos hacia buses de nueva energía en ciudades secundarias como Manizales. Bucaramanga, Villavicencio, Bucaramanga y Montería. Sin embargo, una cosa ha sido la voluntad política y otra la realidad de la movilidad en provincia.
El saliente alcalde de Bucaramanga había asegurado que entregaría entre 70 y 80 unidades eléctricas a su ciudad como parte de un esquema de operación pública que revitalizara el fallido sistema masivo de transporte Metrolínea. Sin embargo, a la fecha, no hay tal número de buses de baterías en la ciudad.
Mejor panorama se avecina en Montería, donde el prototipo de busetón eléctrico V8 de Zhongtong se encuentra en proceso de prueba, con el fin de llevar el Sistema Estratégico de Transporte Público SETP de la capital cordobense hacia una movilidad sin gases contaminantes.
Con esta iniciativa, que se enmarca en el Plan Nacional de Desarrollo 2022 – 2026, en el que se contempla la movilidad cero emisiones, Montería se convirtió en la primera capital del Caribe en implementar un piloto de bus eléctrico para el transporte público de pasajeros.
Se trata de un bus con capacidad para 31 personas y con una carga de hasta 300 kilómetros para su uso, lo cual equivale a dos días de ruta.
Según Damaris Peña, directora técnica de Montería Amable, en el marco de las pruebas piloto, se analizarán los aspectos técnicos que deben ser tenidos en cuenta para la adquisición de los demás buses que integrarán la flota de transporte público en la ciudad.
En Pereira, se aspira a adquirir una flota eléctrica, aunque aún no están preparados financieramente para respaldar esa inversión. Esta posibilidad se presenta como una gran oportunidad para Busscar de Colombia, uno de los grandes fabricantes de autobuses de Suramérica con sede en la capital risaraldense.
En ese sentido, las autoridades habrían solicitado al Gobierno nacional cofinanciación para la compra.
Villavicencio, por su parte, cuenta con uno de los planes más ambiciosos. En enero del 2023, la alcaldía de la capital del Meta presentó los estudios de la fase tres de actualización y formulación del Plan Maestro de Movilidad Sostenible y Seguro, y la Estructuración Técnica, Legal y Financiera del Sistema de Transporte Público (SETP).
La idea es que, en 2024, se inicien los procesos de adaptación del sistema y los buses eléctricos entrarían en operación en el 2026 con el 5% de la entrada de la flota eléctrica, para que en el 2036 sea el 100%.
¿La ley anima a los gobiernos locales para adquirir buses eléctricos?
Vale recordar que en 2019, el Gobierno de Iván Duque firmó la Ley 1964 “Por medio de la cual se promueve el uso de vehículos eléctricos en Colombia y se dictan otras disposiciones”.
Desde entonces, se decretó que las ciudades que cuenten con Sistemas de Transporte Masivo deberán implementar políticas públicas y acciones tendientes a garantizar que un porcentaje de los vehículos utilizados para la operación de las flotas, sean eléctricos o de cero emisiones contaminantes.
Para esto, se establecieron ciertos “deadlines” a cumplir:
- A partir de 2025, mínimo el 10% de los vehículos adquiridos.
- A partir de 2027, mínimo el 20% de los vehículos adquiridos.
- A partir de 2029, mínimo el 40% de los vehículos adquiridos.
- A partir de 2031, mínimo el 60% de los vehículos adquiridos.
- A partir de 2033, mínimo el 80% de los vehículos adquiridos.
- A partir de 2035, el 100% de los vehículos adquiridos.
En la actualidad, trabaja en proyectos en el exterior, especialmente en Ecuador, Perú, Panamá, Costa Rica y República Dominicana.
Además, cuenta con el objetivo de, en este año, instalar semanalmente cinco cargadores en rutas colombianas.